¿Qué es una alimentación saludable?
¿Quién no ha oído hablar de la alimentación saludable? Seguro que muchas veces y en situaciones distintas, has oído las palabras «hay que seguir una alimentación saludable» o «hay que comer equilibrado», incluso seguro puede que tú mismo las has usado, pero ¿sabes realmente su significado? ¡Aquí te lo explicamos!
¿Qué significa una alimentación saludable?

Una alimentación saludable hace referencia a un conjunto de conceptos, entre ellos, una forma equilibrada de alimentarte. Es decir, incluir distintos grupos de alimentos respetando las cantidades recomendadas de cada uno de los macronutrientes: 50 – 60% de hidratos de carbono, 30 – 35% grasas y, aproximadamente, un 15% de proteínas. De hecho, no hay alimentos buenos o malos, sino dietas bien o mal equilibradas.
También hace referencia a la variedad, que implica que dentro de los diferentes grupos de alimentos escojamos alimentos distintos. Por ejemplo, existen muchos tipos de verduras, y si incluimos una mayor variedad en nuestra alimentación obtendremos una mayor variedad de nutrientes, igual que pasa con los cereales, aunque los más habituales son el trigo y el arroz, hay una gran variedad de cereales (el mijo, el sorgo, el centeno, el trigo sarraceno por mencionar algunos) que tienen diferentes características, y pueden aportar distintas formas de preparación de los alimentos.
Además, es importante adaptarla a las necesidades individuales de cada uno, dependiendo de su edad, su peso y el grado de actividad física que se realiza habitualmente.
También se debe tener en cuenta la frecuencia de consumo de los distintos grupos de alimentos. Es importante saber diferenciar entre los grupos de alimentos de consumo habitual como frutas, verduras, cereales, frutos secos, etc. y otros de consumo ocasional que, por su perfil nutricional, están más ligados al placer.
Hábitos de vida saludables

Actualmente el concepto de alimentación saludable ha evolucionado y también se tiene en cuenta la hidratación y la actividad física o el estilo de vida activo. Así pues, la recomendación, que engloba este conjunto, se basa en seguir unos hábitos de vida saludables.
La hidratación, aunque suele pasar desapercibida, es un punto importante para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Las recomendaciones de ingesta de agua suelen estar entre los 2 – 2,5 litros, pero pueden variar según la evaporación de agua a través de la piel, ya sea por la práctica de ejercicio físico o por altas temperaturas del ambiente y también por la cantidad de líquidos perdidos mediante la orina. La bebida principal y por excelencia tiene que ser el agua, ya sea sola, o saborizada con infusiones sin azúcar o con trozos de frutas y verduras.
Más recientemente, también se ha incluido un estilo de vida activo o actividad física en esta definición. Esto no significa necesariamente hacer deporte de forma diaria, puedes combinar dos o tres días de deporte a la semana, como nadar, jugar a fútbol, tenis u otros deportes, como ir a correr, al gimnasio o dedicar una horita diaria a caminar, ya sea pasear después del trabajo, o aprovechar los trayectos de ida y vuelta para ir andando si es posible.
¿Cómo podemos aplicarlo en nuestras comidas de una forma sencilla?

El método del plato saludable es una forma fácil de combinar los alimentos para que tengan unas proporciones adecuadas y equilibradas. Se trata de dividir el plato, primero por la mitad, y una de ellas se dedicará a la ración de verduras y un trozo minoritario a las frutas. La otra mitad la volveremos a dividir, obteniendo dos cuartos. Uno de ellos será para incluir alimentos que aportan hidratos de carbono como los cereales, el pan, las patatas, la pasta y las legumbres. En el otro cuarto se incluirán los alimentos que aporten proteínas como carne, pescado o huevos, o el tofu, seitán y las legumbres en el caso de dietas vegetarianas o veganas.
Puedes usar nuestra herramienta del método del plato saludable para probar algunas combinaciones y elaborar tus propios menús cuando cojas más práctica.
¿Qué cocciones podemos utilizar?
Hay múltiples formas de cocinar los alimentos, y todas pueden estar incluidas en el marco de una dieta saludable. Pero hay que tener en cuenta que, aunque las podamos incluir de vez en cuando, las técnicas culinarias que requieran mucho aceite o grasa como el estofado, la fritura y el sofrito son las que menos deben usarse. Por otro lado, hay que potenciar técnicas culinarias como la plancha, el estofado «en crudo» (es decir, sin grasas añadidas), cocción al horno o al microondas, hervido… que requieren una cantidad mucho menor de aceites y grasas.
Ahora ya sabes en que consiste una alimentación saludable y un hábito de vida saludable, ¡así que no dudes en ponerlo en práctica!
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